Por la psicól. Verónica González García, especial para Movimiento Viva México
Actualmente, la maternidad está muy devaluada, y aunque casi todos reconocemos en nuestra madre a una de las personas más importantes de nuestra vida, las jóvenes de hoy tienen una idea negativa con respecto al embarazo.
Algo pasa con nuestro concepto del valor de la vida humana. Mientras que antes se consideraba la fertilidad como algo muy afortunado, hoy se le considera como un problema que hay que evitar a toda costa, e incluso “resolver”.
¿Será que nuestra propia vida nos parece tan mala que no queremos que otros la sufran igual? Me ha tocado escuchar la frase, “no quiero tener hijos para que nada más vengan a sufrir”, como si la vida estuviera hecha solo de sufrimiento, cosa que no es verdad, y lo podemos constatar con el apego que todos tenemos a nuestra propia vida. Sabemos que tenemos que morir, pero a ninguno nos gusta la idea.
El miedo y el rechazo a la paternidad o maternidad tal vez se debe a que hemos perdido de vista que cada persona humana vale en sí misma y por sí misma y que, a lo largo de su vida, aunque en ocasiones tendrá que enfrentar el sufrimiento, seguramente experimentará también la felicidad de diversas formas. Además, parece que no sabemos que cada persona tiene mucho que aportar a lo largo de su vida.
Hoy se insiste en que las mujeres deben olvidarse de la maternidad como una opción de vida. Se piensa que esta es un obstáculo para su desarrollo personal, laboral y profesional, y esto es totalmente inaceptable, ya que con la ayuda del esposo e incluso de toda la familia, esto se puede lograr.
Los hijos son cosa de dos; sin embargo, es a la mujer a quien se confía la vida en sus comienzos. En su cuerpo surge la vida como una respuesta a la unión amorosa de la mujer y el hombre. Dentro de ella, la vida de un nuevo ser humano se desarrolla paulatinamente y se forma todo su cuerpecito. La madre, a pesar de los achaques propios del inicio del embarazo, experimenta la alegría de saber que en su vientre lleva un tesoro, una vida nueva de la que ella y el hombre que ama son la causa, que es un reflejo del amor que se tienen y que es desde ahora parte de su vida.
Sí, es verdad, los hijos cuestan y cuestan mucho, por eso necesitan que sus padres se conserven amorosamente unidos, porque los hijos cuestan, pero ¡valen mucho más de lo que cuestan!
Desde que una mujer y un hombre se convierten en padres, tienen una tarea para toda la vida. Pero su responsabilidad no es un peso que se lleve con disgusto. Es un peso amable porque el amor que tienen a sus hijos les hace capaces de hacer por ellos cuanto sea necesario para su crecimiento, desarrollo y felicidad. No hay una verdadera madre, o un verdadero padre, que no estuvieran dispuestos a sacrificar cualquier cosa por sus hijos.
La maternidad no solo tiene un enorme valor para quienes son padres y para sus hijos: lo tiene también para la sociedad, porque garantiza el futuro de esta.
2 Respuestas
Buen tema, la familia es la base de toda una sociedad , por eso Dios creo a nuestros primeros padres, pero antes ADAN tuvo que pasar cientos de años solo, así también con el tiempo, Dios creo a del mismo cuerpo de Adán, un complemento, y los dos llegaron a ser uno, una misma persona, eso es lo que hoy la gente no comprende, y por eso se divorcian, están tan alejados de la verdad, que por eso mismo, tiene que haber un stop, un nuevo mundo un nuevo cielo, y falta muy poco. 😄 Saludos.
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