Esos seres encantadores: los abuelos

Por Salvador Reding Vidaña para Movimiento Viva México

Dentro del cuadro familiar de los peques están esos seres a quienes todos parecen querer, los abuelos. Antes, cuando las familias “ampliadas” vivían juntas, los abuelos eran cosa de todos los días. Pero ahora, cada vez más, viven aparte. Visitar a los abuelos o recibirlos en casa es ya parte de la vida familiar, a veces casi como una ceremonia.

Los abuelos no son como los papás. En general, son más amorosos, les gusta apretujar, dar muchos besos, sonreír, decir “cómo has crecido” y “qué bien te ves con esa ropa”. Pero también les gusta dar dulces y pequeños regalos que saben gustan a sus nietos. Y regañan, pero bonito.

Pero los abuelos hacen algo más: saben muchas cosas que los peques ni se imaginan, y las cuentan muchas veces casi como magia de ensueño. Sus historias de lo que pasó hace tiempo llegan a sonar como los más hermosos cuentos de hadas, con madrinas y príncipes azules, o como las hazañas de los jóvenes héroes que vencían dragones.

Las historias de los abuelos pueden ser también muy divertidas, como cuando “confidencialmente” les platican esas aventuras de cuando sus papás eran niños, con travesuras, diabluras y otras cosas, que los papás nunca les hubieran dicho. Cómo se ríen los peques cuando descubren cómo sus papis pasaron su niñez, y cómo les fue en la escuela.

Peor aún, para tortura de los papás, los abuelos les platican, como si fuera la mejor comedia de la tele, las primicias novieras de sus papás. ¡Qué divertidas se dan con eso!

Pero los abuelos saben también muchas, pero muchas cosas de todo, todo. ¡Saben más que papá y mamá y los profes… juntos! De esas cosas que ya no se ven, de cómo se divertían sin la compu y los juegos electrónicos. Cantan bonitas canciones o tararean hermosas melodías de su juventud. Con todo lo que saben, dan muchos consejos, a veces de cosas que los peques ni siquiera imaginan.

Sí, para los peques, los abuelos son fuente de cariño, mucho cariño, de orgullo de los logros de todo tipo de sus nietos, y son… sabios. Pero son también “viejitos”, o al menos se van haciendo viejitos como los abuelos de las películas, toman medicinas raras y empiezan a tener problemas para leer, oír y correr… cada vez menos o nada.

Pero para los peques que tienen la dicha de tener abuelos, la vida les da algo que ninguna otra persona les da, ni los papás, o los tíos, o los profes o la gente que sale en la tele. Los abuelos dan ternura, tienen muchas fotos y cosas de recuerdo que mostrar y mucho, pero mucho que contar. Dichosos pues los peques con abuelos, estos son como un regalo de Dios, para hacerlos felices y ayudarles para que también, algún día, sean muy sabios con sus propios nietos.

Una respuesta

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *