Por la psic. Verónica González García
Especial para Viva México
Cuando inicia un año, la mayoría de las familias se plantean propósitos que quieren realizar a lo largo del mismo, e impulsan a sus hijos a soñar con lo que les gustaría obtener en un futuro. Sin embargo, se les olvida mencionarles que no basta con el deseo, que es necesario trabajar y esforzarse para obtener lo que uno quiere.
Y es oportuno ir pensando en ello en este mes de diciembre, último del año, antes de hacer replanteos de metas en enero próximo.
Este planteamiento de metas y objetivos, siendo a corto plazo, ayuda a ir generando un proyecto de vida sólido y concreto para sentirse motivados a emprender y realizar acciones habituales o nuevas todos los días. De esta manera, es importante impulsar a los niños y jóvenes a plantearse metas, a elegir qué es lo que más les apasiona y hacerlos reflexionar hacer de cuáles son los pasos a seguir para poder alcanzar aquello que desean.
Muchos jóvenes e incluso adultos confunden el esfuerzo con el capricho, o la tenacidad con la terquedad. Cuando se trata de un capricho, se busca conseguir lo que se quiere a como dé lugar, sin poner los medios ni esperar el tiempo propicio; no se toleran las frustraciones y al primer obstáculo se tira la toalla; solo prevalece el deseo de la inmediatez.
Por otro lado, en la cultura del esfuerzo se invita a plantearse un objetivo claro, proyectar una estrategia para conseguirlo, identificar los recursos con los que se cuenta, asumir el esfuerzo que implica y hasta las posibles frustraciones.
Algunos tips que puedes implementar dentro de tu familia para impulsarlos a cumplir sus metas a través de la cultura del esfuerzo son:
- Enseña a tus hijos a ganarse las cosas como resultado del esfuerzo realizado.
- No condiciones el amor que das y recibes de tu familia a cambio de cosas materiales.
- Impulsa a tus seres queridos a ser perseverantes aún en los tiempos difíciles.
- Enséñalos a saber esperar, no les proporciones todo en el momento que lo piden, la paciencia es fundamental para desarrollar una buena tolerancia a la frustración.
Sabemos que este año trajo algunos sin sabores, pero también nos llevó a reencontrarnos con nuestra familia, y es ahí, en donde se fomentan los hábitos positivos que a futuro se convertirán en virtudes, porque dentro de la familia, ¡está la solución!