Por Sergio Cazadero para el Movimiento Viva México
Superar la pérdida de un ser querido, de una habilidad o de la salud son algunos de los desafíos más difíciles para los seres humanos. Te dejo cuatro consejos te ayudarán a vivir el duelo.
Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado algún tipo de pérdida, ya sea por el fallecimiento de un ser querido, nuestra propia salud, una parte de nuestro cuerpo o alguna capacidad de tipo cognitivo o motora. También se presentan las pérdidas materiales y emocionales, o incluso alguna relacionada con nuestro propio desarrollo.
A lo largo del camino vamos juntando herramientas que van conformando nuestra personalidad. Esto nos permite -poco a poco- elegir cómo nos vamos desarrollando y, para lograrlo, es fundamental que comprendamos que la luz viene acompañada de sombras. La gran tragedia de nuestro tiempo es que, en muchas ocasiones, por “miedo”, evitamos cualquier tipo de sufrimiento, dolor o fracaso, sin darnos cuenta de que, al evitarlos, destruimos la herramienta más poderosa a nuestro alcance para convertirnos en la persona que queremos ser.
De lo que se trata esta gran lección es de aceptar que la vida está llena de destellos y oscuridad. Cada pérdida nos fortalece, nos abre las posibilidades de construir un “yo” más sano, más consciente y, en consecuencia, más resistente. Los adultos somos producto de nuestras elecciones, somos resultado de nuestra libertad. Es por eso que el proceso humano de elegir nos constituye y nos dignifica.
Los vínculos son necesarios en nuestra vida para crecer y desarrollarnos, pero cuando alguno de esos vínculos se rompe, surge un período de gran intensidad llamado duelo, el cual se produce por cualquier tipo de pérdida. Y cuando esta es radical o definitiva, todas las dimensiones de la persona se ven afectadas. El final del duelo ocurrirá cuando encontremos motivos para vivir y podamos volver a vincularnos con aquello que la vida nos ofrece. Para ello, es necesario aprender a elegir la actitud con la que se asume un proceso de pérdida.
Cuatro consejos para superar las pérdidas
Aceptar la realidad
Afrontar plenamente la realidad de que lo que perdimos se ha marchado y no volverá, no lo podremos recuperar. Es importante tener cuidado con la negación, la cual, si bien nos proporciona una especie de alivio transitorio, puede impedir la transformación necesaria que nos permita seguir adelante. No debemos bloquear los sentimientos ni negar el dolor que está presente.
- Trabajar las emociones y el dolor
El dolor nos puede ayudar a encontrarnos con nosotros mismos, valorar más lo que tenemos y dar un sentido a la vida. El objetivo es conseguir que no se arrastre el dolor de la pérdida a lo largo de la vida. Atrevernos a expresar con plena libertad nuestras emociones sin censura, tal y como se están sintiendo.
- Adaptarse a un medio
En esta tarea aprendemos a vivir solos, a tomar nuevas decisiones, a desempeñar tareas que antes no se hacían. A pesar del dolor, la vida sigue su propio ritmo y en ocasiones con exigencias importantes. El proceso de duelo nos obliga a solucionar los problemas que surgen de la carencia y a reforzar el desprendimiento, pero sin renunciar a los recuerdos.
- Re-colocar emocionalmente la pérdida y continuar viviendo
Nunca podremos eliminar aquellas personas o recuerdos que han estado cerca de nosotros, pero mantener el apego al pasado únicamente entorpece esta tarea. La vida está llena de nuevas posibilidades, es necesario estar convencidos de que se puede disfrutar nuevamente, que se pueden establecer nuevas relaciones y ser feliz.
¡Elige vivir! Porque, a pesar de todos los desafíos, la vida es hermosa y está llena de posibilidades increíbles.
Una respuesta
Muchas Gracias.Muchs Luz para mí.