Cómo adaptarse a la nueva normalidad sin morir en el intento

5 consejos prácticos

 

Por Sergio Cazadero para Movimiento Viva México

Ahora que hemos sobrevivido al aislamiento social por la crisis sanitaria del covid-19, nuestro siguiente objetivo es crecer ante la nueva normalidad, y a este nuevo cambio solo lo lograremos mediante una postura sana de adaptación que nos permita alcanzar un crecimiento integral.

El mundo se ha transformado y en un entorno como el actual de cambios a gran velocidad, nosotros también. Es por ello que siempre estamos en constante adaptación. Así como pasa con las calles y con los edificios, nosotros también podríamos ir por la vida con un letrero en el que se leyera: ¡disculpe las molestias, estoy en construcción!

Ahora, ¿Cómo nos construimos para cambiar el chip de sobrevivir a crecer en esta nueva normalidad que comenzamos a vivir? La clave está en la flexibilidad y a esta la encontramos en nuestra propia familia. Durante este aislamiento, pasamos mayor tiempo con ella. Más allá de los desafíos y tensiones propios de cada familia, podemos aprovechar sus fortalezas: cohesión, flexibilidad y comunicación para salir adelante y crecer ante esta crisis.

La flexibilidad ha cobrado más fuerza para hacernos capaces de resistir y crecer, y aunque muchos la hemos desarrollado, no está de más ejercitarla y hacerla más fuerte. Es por eso que te quiero compartir cinco consejos prácticos para desarrollarla y así adaptarnos a la nueva normalidad.

5 consejos para adaptarse a la nueva normalidad

  1. Combate al enemigo más grande que tenemos: el miedo. Tener miedo es algo instintivo, nos ayuda a evitar el peligro y a mantenernos vivos, pero la mayoría de las veces nunca sucede lo que tememos. Identificar y aceptar nuestros miedos nos ayudará a entender que detrás de cada uno hay una oportunidad para seguir creciendo.
  2. Aprende de lo inesperado para reafirmar tu conocimiento del mundo. Cuando el mundo se comporta tal y como esperamos, nuestra atención disminuye porque no hay sorpresas; sin embargo, cuando algo rompe nuestras expectativas, estamos más alerta y podemos aprender más. Dejar espacio para lo imprevisto requiere de un corazón receptivo y una mente abierta para avanzar.
  3. Administrar tu tiempo está bien, pero administrar tu energía es mejor. Administrar nuestra energía nos permite alcanzar nuestros objetivos y elaborar una lista con las tareas del día y el nivel de energía y de fuerza de voluntad que requieran, ayudará a lograr las metas propuestas.
  4. Cree en ti para ampliar tu zona de confort. La zona de confort es lo que conoces y en donde dominas tus comportamientos, tus hábitos y tus conocimientos. Salir de esa zona segura, es extenderla y ampliar tu zona de aprendizaje, más que una pérdida de lo conocido, es superar ese miedo a lo desconocido, a perder lo que tenemos e incluso, lo que somos.
  5. Fortalece tu capacidad de aprendizaje: canasta básica para el cambio. Cambiar y modificar hábitos está relacionado con el proceso de aprendizaje. Aprender no solo es incorporar elementos nuevos, sino dejar de hacer lo que ya no nos funciona, es decir: reaprender.

Ante la nueva normalidad, lo importante es no quedarnos en modo

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